Etéreas partículas
que flotan, bailan
y se retuercen
en el aire.
En ese mismo aire
que inspiro,
que expiro
con suspiros consentidos.
Bailando al tempo
al compás del viento,
flujo de sensación y sentimiento.
La única constante
es el instante
en el que al mirarte
siento que no pasa el tiempo.
Y es ese mismo aire
el que me inunda los pulmones.
Y esos mismos pulmones
se quedaron sin aire,
por pasar la noche en vela
susurrándote mi nombre.